Su origen es puramente tecnológico: dar una solución ante el gran volumen de datos disponibles para poder guardar, analizar, procesar y crear valor y conocimiento. Hasta hace poco, las bases de datos estructuradas han dado respuesta a esta situación. La gran cuestión sigue siendo: Big Data, ¿qué es y para qué sirve el Big Data?
El reto actual y del futuro es combinarlas con otros tipos de datos llamados no estructurados que son datos generados en distintos dispositivos, aplicaciones o formatos. Sin duda, un mundo complejo de datos que uno a uno tienen un valor importante, pero que combinados multiplican ese valor.
Big data qué es y para qué sirve
Es un término que describe la gran cantidad de datos (estructurados y no estructurados) que abundan en una compañía a diario. Pero no solo el volumen de los datos es importante. Lo realmente valioso es cómo manejar esa información para conseguir directrices que conduzcan a una mejor toma de decisiones y acciones de negocio estratégicas.
Las siete Vs del big data
El big data se fundamenta en la medición de las siguientes magnitudes:
- Volumen. Cantidad de datos que son originados y almacenados con el objetivo de procesarlos y transformarlos en acciones.
- Velocidad. La rapidez en la que los datos son creados, almacenados y procesados en tiempo real.
- Variedad. Formas, tipos y fuentes en las que se registran los datos: documentos de texto, correos electrónicos, audios, vídeos o imágenes que residen en un dispositivo móvil, perfiles de redes sociales, etc.
- Veracidad. Es la calidad de los datos, es decir, el grado de fiabilidad de la información recibida.
- Viabilidad. Capacidad que tienen las compañías de generar un uso eficaz del gran volumen de datos que manejan.
- Visualización. Modo en el que los datos son mostrados para encontrar claves ocultas y patrones en el tema a investigar.
- Valor. Datos que se transforman en información, que a su vez se convierte en conocimiento y a su vez en una acción o decisión.
Posibles usos del big data en las empresas
La utilización del big data facilita acometer una serie de actividades empresariales desde el análisis de datos masivos hasta la experiencia del cliente. A continuación se reflejan algunas de ellas:
– Desarrollo de productos. Grandes compañías hacen uso del big data para anticiparse a la demanda de los usuarios. Generan modelos predictivos para nuevos productos y servicios clasificando aspectos clave de productos actuales y anteriores.
– Experiencia del cliente. Disponer de una visión clara de la experiencia del cliente es más fácil que nunca. El big data permite recopilar información de las visitas de la página web, redes sociales, registros de llamadas y otros orígenes de datos para perfeccionar la experiencia de interacción, así como optimizar el valor que se ofrece. Reducir las tasas de abandono de los visitantes, gestionar incidencias de forma proactiva… Todo con un único objetivo: obtener una mayor clientela.
– Conformidad y fraude. Los requisitos de conformidad y los contextos de seguridad están evolucionando constantemente. El big data facilita la identificación de patrones de datos que puedan ocasionar un fraude, al mismo tiempo que aglutina grandes volúmenes de datos para agilizar la creación de informes normativos.
– Aprendizaje automático. Los datos son una de las causas de este proceso. Las máquinas en vez de programarse pueden aprender gracias a la disponibilidad de big data para generar modelos de aprendizaje automático.
– Impulso de la innovación. Puede ayudar a innovar en la empresa gracias al análisis de las interdependencias entre instituciones, procesos, entidades y seres humano. Y posteriormente mediante la determinación de maneras novedosas de emplear dicha información. Las posibilidades son ilimitadas: mejorar las decisiones financieras y las consideraciones de planificación, implantación de precios dinámicos, análisis de tendencias y los deseos de los clientes para desarrollar nuevos servicios y productos, etc.
Para utilizar el big data, las empresas necesitan nuevas herramientas y tecnologías que permitan gestionar estas grandes cantidades de datos para así poder sacar el máximo potencial de los datos de que disponen. Es por ello, que a día de hoy ya hay multitud de herramientas de big data que las empresas pueden utilizar para maximizar sus rendimientos.
¿De dónde salen los datos que se usan en el big data?
La información se puede obtener de diferentes orígenes:
– Internet:
A través de las cookies de los navegadores las empresas pueden averiguar el comportamiento de sus visitantes para poder mostrar anuncios de acuerdo a sus gustos, las horas de mayor consumo, las formas de acceder a una página en particular…
– Redes sociales:
En las diferentes redes sociales se comparte una gran cantidad de información: qué temas son más relevantes para un usuario, sus marcas favoritas, cómo interactúan, etc. La combinación de todos estos datos puede otorgar una visión muy detallada de cómo llevar a cabo determinadas estrategias de marketing.
– Generada por la empresa:
Es la información que una compañía es capaz de generar y controlar por si misma. Un ejemplo sería las tarjetas de fidelización que ofrecen ofertas y servicios exclusivos a los clientes, y a las empresas patrones de hábito de consumo para poder adelantarse a sus necesidades. O las tarjetas de crédito que dan a conocer patrones de consumo a las entidades financieras y así ofrecer servicios específicos a sus titulares.
El Big data, qué es y para qué sirve son preguntas que muchas empresas empiezan a plantearse debido al gran impacto que está suponiendo. Saber acumular y analizar la información resulta cada vez más determinante en el desarrollo económico de una compañía.
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